lunes, 8 de agosto de 2011

La Última Generación


“The trouble with changing the world is… you don’t.  Not all at once.  You just inch it forward, a bit at a time, and watch it slip back, like the greek guy with the rock.  And you hope that when you’re done, you’ve moved it up a little, changed it just enough.” Buffy

            Expresé previamente mi aprehensión de que la octava temporada de Buffy The Vampire Slayer publicada por Dark Horse Comics se descarrilara hacia un espectáculo visual sin el alma de la serie de TV, y tenía motivos válidos.  El mismo Joss Whedon reconoce en un ensayo al final del último tomo que uno de los propósitos de esta temporada era reconciliar el desenlace del programa con el futuro oscuro de Fray.  Esto por definición nos aleja de un escenario contenido como el de Sunnydale.



“This is the weirdest, bestest, weirdest best day of my life.  What you’ve done for me, I can’t describe.  I can’t pronounce.  You gave me perfection, and you gave it up.  Jesus, Angel, that’s not just the love of my life.  That’s the guy I would live it with.” Buffy



            Llegamos al tomo octavo y final titulado Last Gleaming y, tal como lo hacía en los clímaxes del programa, Whedon toma control del teclado—con la ayuda de su editor Scott Allie, quien aquí tiene crédito de co-guionista.  Con su demostrada destreza para mezclar aventuras fantásticas y emociones genuinas, Joss alivió mis miedos y nos obsequia una conclusión tan satisfactoria y evolutiva como los finales de las temporadas dos y cinco.

lunes, 1 de agosto de 2011

Centinela Cinematográfico

Hay dos cosas en las que Marvel indiscutiblemente le ha ganado a DC en la última década: No necesitan borrar la pizarra de su universo para contar historias frescas, y saben traducir excepcionalmente bien sus personajes a la pantalla grande.

Cuando escuché que Chris Evans interpretarían al Capitán América no podía creerlo.  ¿En serio?  ¿Estábamos supuestos a creer que Johnny Storm se transformaría en un personaje que—exceptuando la versión de Mark Millar—debe ser tan noble y puro como Superman?  Pero salí de la sala del cine sorprendido de la capacidad de Evans para cambiar la sintonía de su usual rol de chico malo a un joven inocente e idealista.

Captain America: The First Avenger arranca con la ventaja de ambientarse en la década de los cuarenta, lo cual la distancia de otras películas de su género.  Hay otras convenciones que sí respeta; invierte una generosa porción en presentarnos el origen del Capitán, y se asegura de que simpaticemos con las vicisitudes de Steve Rogers antes de que le inyecten el suero del super-soldado.  Convertirse en un super-humano no lo acerca a sus sueños, y compartimos sus frustraciones a tal nivel que cuando el Capitán regresa al campamento después de su primera misión nos sentimos tentados a aplaudir junto a los soldados que lo reciben.