“And I get it. I mean, I really get it.” Bruce Wayne. “The end of the story of Batman is, he’s dead. Because, in the end, The Batman dies. What else am I going to do? Retire and play golf? It doesn’t work that way. It can’t. I fight until I drop. And one day, I will drop. But until then, I fight.”


Es difícil referirse a la historia sin spoilers, pero haré el intento. En una noche indeterminada convergen en un local de Crime Alley la gran mayoría del elenco de Gotham City, desde Joe Chill hasta Damian Wayne. Están reunidos para un velorio: En el ataúd yace el cadáver del Dark Knight. Aliados como Alfred, Robin, Jim y Barbara Gordon están presentes, así como también todos sus enemigos, desde el Joker hasta Ra’s al Ghul. Cada uno se turna para dar un discurso relatando su relación con Batman y la forma en que el héroe falleció. Pero hay un giro: Todas sus narraciones se contradicen.

La historia de la Cat-Woman de los cuarenta es un trágico relato de un amor obsesivo. La versión de Alfred revela los extremos a los que llevaría su devoción paternal. El Joker de The Killing Joke finalmente pierde su sentido del humor. Superman explica la profundidad de la dedicación de su colega.



Gaiman logra de forma magistral homenajear todas las eras y las diferentes interpretaciones artísticas del personaje desde su concepción en 1939, y a su vez desnuda la esencia de este personaje y sin duda la clave para comprender la longevidad de su mitología.
El arte de Andy Kubert es fantástico y digno de apreciar con detenimiento muchas veces. Kubert logra imitar oportunamente los estilos de los artistas más emblemáticos del Señor de la Noche sin desprenderse en ningún momento de su sello particular. Es una lástima que no haya podido mantener el ritmo para ser el artista regular de la serie hace unos años.


Hace mucho tiempo que no llegaba a mis manos un comic que tan pronto terminaba su lectura me hacía sentir compelido a leerlo nuevamente. Aunque su diseño permite que la historia se tome en sentido literal y se integre al canon, en verdad es una narración simbólica y gracias a ello adquiere intemporalidad.
Éste realmente es el epílogo a la vida de cualquier Batman, desde Adam West hasta Christian Bale.
“You don’t get heaven, or hell. Do you know the only reward you get for being Batman? You get to be Batman.”