En 1996 Dinah Laurel Lance a.k.a. Black Canary se encontraba en el punto más bajo de su vida: Había sido torturada por unos narcotraficantes, su tormentoso romance con Oliver Queen había culminado tras descubrir su infidelidad, su floristería había sido destruida dejándola sin fuente de ingresos, y recién se había enterado de la muerte de Green Arrow de la boca de Connor Hawke—un hijo que Ollie nunca había mencionado. Esto había dejado a la ya de por sí impulsiva heroína sin dirección, deprimida y con los acreedores de sus deudas dispuestos a extinguir su vida en Seattle. Entonces el teléfono sonó y Dinah recibió una llamada que cambió su vida.
“Dinah… This is Oracle. I need help with something and I think you’re my best choice. It will require some travel. Danger level uncertain.”
Del otro lado de la línea se encontraba Oracle, quien ya había adquirido una respetable reputación como procuradora de información para superhéroes y vigilantes e incluso había sido miembro virtual de la Liga de la Justicia en los tiempos de Grant Morrison. Aquel era el alias de Barbara Gordon, la voluntariosa y brillante hija del Comisionado Jim Gordon, quien por años luchó contra el crimen junto al Dúo Dinámico y que luego fue forzada por una tragedia irreversible a reinventarse con su nuevo avatar tecnológico.
Unir a estos dos personajes traía implícita la oportunidad de delimitar a todo el universo de DC como su campo de juegos. Barbara—la antigua Batgirl, ahora postrada en una silla de ruedas gracias al Joker—proveía el vínculo al nivel urbano de delincuentes, psicópatas y crimen organizado en el cual se había desenvuelto como pupila de Batman. Dinah Lance, por otro lado, miembro fundadora de La Liga de la Justicia e integrante de la Sociedad de la Justicia, era la conexión natural al vasto mundo de superhéroes y extraterrestres. Por ende, en BIRDS OF PREY se sentía natural pasar de una historia en la cual se enfrentan con el cartel criminal de Blockbuster a excursiones a Gorilla City o incluso a Apokolips.