lunes, 8 de agosto de 2011

La Última Generación


“The trouble with changing the world is… you don’t.  Not all at once.  You just inch it forward, a bit at a time, and watch it slip back, like the greek guy with the rock.  And you hope that when you’re done, you’ve moved it up a little, changed it just enough.” Buffy

            Expresé previamente mi aprehensión de que la octava temporada de Buffy The Vampire Slayer publicada por Dark Horse Comics se descarrilara hacia un espectáculo visual sin el alma de la serie de TV, y tenía motivos válidos.  El mismo Joss Whedon reconoce en un ensayo al final del último tomo que uno de los propósitos de esta temporada era reconciliar el desenlace del programa con el futuro oscuro de Fray.  Esto por definición nos aleja de un escenario contenido como el de Sunnydale.



“This is the weirdest, bestest, weirdest best day of my life.  What you’ve done for me, I can’t describe.  I can’t pronounce.  You gave me perfection, and you gave it up.  Jesus, Angel, that’s not just the love of my life.  That’s the guy I would live it with.” Buffy



            Llegamos al tomo octavo y final titulado Last Gleaming y, tal como lo hacía en los clímaxes del programa, Whedon toma control del teclado—con la ayuda de su editor Scott Allie, quien aquí tiene crédito de co-guionista.  Con su demostrada destreza para mezclar aventuras fantásticas y emociones genuinas, Joss alivió mis miedos y nos obsequia una conclusión tan satisfactoria y evolutiva como los finales de las temporadas dos y cinco.




“It’s called a reward, and believe me when I say… it makes ‘Shanshu’ look like a sack a’ crap.” Twilight

            Empezamos con un manojo de flashbacks que nos muestran cómo el poder de Twilight fue inicialmente infundido en Angel, y cómo Spike se enteró de lo que sucedía y dedujo que Angel era Twilight.  De ahí retornamos a la crisis en el presente.




“But it can’t be Buffy if she doesn’t bonk the bad guy, right?” Spike



Spike regresa justo a tiempo para rescatar a los Scoobies y las cazadoras en una extraña nave pilotada por insectos gigantes (lógico, ¿no?).  Por supuesto que Angel no confía en él, así que Buffy lo despacha a proteger a las otras cazadoras que están siendo atacadas por demonios alrededor del mundo.




Spike se roba el rol habitual de Giles al revelar que cuenta con las respuestas que tanto necesitamos: Nuestros héroes tienen que buscar la semilla que es la fuente de la magia en la Tierra, apropiadamente enterrada en la Boca del Infierno en las ruinas de Sunnydale.  Con la semilla empezó nuestro universo en la época que era habitado por demonios.  Pero el nuevo universo que Buffy y Angel concibieron en el volumen anterior quiere removerla para que el infierno invada y destruya la Tierra y él pueda sustituirla.  En este interludio Aluwyn contacta a Willow y le advierte que si en lugar de remover la semilla ésta es destruida se cerrará permanentemente el camino de la magia a la Tierra.  Todo esto es parte de la nueva mitología que dominó la última porción de esta temporada, y a mi gusto una de las partes más flojas de la serie que sirvió sólo como el canal para amplificar la escala de la acción.



“This crisis has led to many unlikely alliances, Buffy.  I don’t know that The Master is any worse than Dracula.” Giles


Una guerra entre demonios y humanos ha estallado en el cráter de Sunnydale, y bajo las ruinas del antiguo hogar de Buffy su primer archienemigo, el Master, ha sido resucitado por la semilla para protegerla. Esto le da sentido a que años antes el Master se haya trasladado de Europa a este pequeño pueblo de California.  Los Scoobies pactan una frágil alianza con el Master para proteger la semilla, pero cuando se queda a solas Willow lo subuyga—ella quiere preservar la magia protegiendo la semilla a toda costa.

 "Finally chosen a side, have you, scared-hair?  Thank bloody Christ.” Spike



            Desgraciadamente, el nuevo universo se apodera de Angel, quien retorna a Sunnydale a remover la semilla.  Completamente fuera de sí, Angel ataca a Buffy, trata de matar a Spike exponiéndolo al sol, y destruye ignominiosamente al Master.  Presenciamos una batalla colosal entre Angel y Buffy por varias páginas que los lleva hasta la cámara subterránea en la cual yace la semilla. 





“Giles, I’m all for rash acts of nobility—but you can’t get between those two.” Xander

“Xander…that’s exactly where she needs me.” Giles


Xander y Giles observan con impotencia el combate, y es Giles quien comprende que por la debilidad de los sentimientos de Buffy hacia Angel ella no lo matará y él removerá la semilla.  Su intervención inútilmente le cuesta la vida, en una impactante escena en la que el poseído Angel lo asesina. Pero el sacrificio de Giles enciende la ira de Buffy, lo cual le permite doblegar a Angel/Twilight y destruir la semilla.  Esta acción impulsiva no sólo pone fin a las ambiciones del nuevo universo, sino que extingue la conexión de nuestro mundo con la magia—dejando sin poder a brujas como Willow.



“You want the whole history lesson?  The one where that’s your fault too?  Where you literally f%$#ed everything up?” Kennedy



            El último capítulo nos ofrece un epílogo que nos recuerda en cierta forma el episodio final de la temporada cuatro.  Buffy se ha mudado a San Francisco, trabaja en una cafetería y vive en el apartamento de Xander y Dawn.  Willow, devastada por la pérdida de sus poderes, se ha separado de Kennedy al admitir sus sentimientos por Aluwyn, a quien jamás volverá a ver.  Las cazadoras existentes retienen sus poderes ya que están internalizados, pero se ha acabado la dinastía: Ninguna otra mujer será elegida.  Muchas de ellas odian a Buffy por lo que hizo e incluso la atacan para vengarse.

KennedyWe lost--!  This is the end!” Willow

            Como si su muerte no fuera suficientemente dolorosa, Giles le lega todas sus posesiones a Faith, y la única herencia de Buffy es el libro Vampyr con el cual empezó la serie—simbólico del respeto y la admiración que él sentía por ella.  Angel ha quedado en estado catatónico por sus acciones, y Faith es la única que quiere cuidarlo.  Esto traza un círculo completo con la serie de TV de Angel, en donde fue él quien obstinadamente guió a Faith hacia la rehabilitación.  Sumando esta desgracia a la catástrofe de After the Fall en IDW la esencia del personaje ha sido renovada ya que ahora tiene pecados frescos para enfatizar su búsqueda de redención.  Me gustaría una explicación de cómo esto encaja con la profecía de Shanshu, el nacimiento de Connor y el avenimiento de Jazmine, pero por ahora me conformaré con las ganas de leer la futura serie Angel and Faith.

            Los mejores momentos de este final de temporada, sin embargo, brotan naturalmente de las escenas dedicadas a las emociones de los personajes.  Entre éstas se destacan la cómica fantasía que Buffy tiene al volver a ver a Spike, la agonía de Willow al perder la magia y a Aluwyn, la dinámica entre Xander y Dawn como pareja, el liderazgo de Faith frente a las slayers en la batalla final, sus celos ante la preocupación de Giles por Buffy, el familiar sentimiento de culpa de Buffy, la noble, trágica y dolorosa muerte de Giles, el brutal eco cuando Angel lo asesina de la misma manera en la que mató a Jenny Calendar y el conmovedor sufrimiento de Buffy ante la muerte de su figura paternal.  Entre todo el derroche de “efectos especiales” logré vislumbrar a todos los actores y escuché sus voces dándole vida a los diálogos.  Esto es un mérito no sólo del guión sino del fenomenal arte de Georges Jeanty que a través de los años adaptó las imágenes de sus protagonistas a las páginas del comic con un equilibrado respeto a las fortalezas de cada medio narrativo.



“Torture the former cheerleader, save the world.” Whistler

            Al final del tomo hay un one-shot por Jane Espenson que explica cómo Riley llegó a ser el espía de Buffy entre los aliados de Twilight.  Recomiendo leerlo de primero ya que de lo contrario se siente lógicamente anti-climático.  Aquí se explica el rol de su esposa Sam en la decisión del honorable Finn.  Además, vemos reaparecer a Whistler en la vida de Angel.  Me hubiera gustado que exploraran esto más, ya que nunca volvimos a ver a este personaje después de la segunda temporada.  ¿Era realmente Whistler, o Twilight simplemente se hizo pasar por él?

            Concluímos así cuatro años de la resurrección de Buffy The Vampire Slayer en el mundo del arte secuencial, y lo más prometedor de la experiencia es que con las lecciones adquiridas por Joss Whedon en el medio estoy seguro de que la novena temporada que se avecina reconectará mucho más con la esencia de la serie de televisión y así gozará con el potencial para coronar el rico canon de las aventuras de Buffy…



“Buffy’s best when she’s walking that alley, dusting vamps, and nursing a pouty heart.” Joss Whedon


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