lunes, 4 de julio de 2011

Rumbo a Shanshu

You’re a big, ugly problem who’s fooled himself into thinking he’s the solution.” Angel

En vista de que IDW no se decidía a lanzar las últimos dos tomos de Angel: After the Fall en paperback, y considerando que como Joss Whedon les quitó la franquicia querrían extraerle la mayor cantidad de dólares a sus publicaciones, di el brazo a torcer y encargué la segunda mitad de a interpretación que Bryan Lynch estaba haciendo de lo que habría sido la sexta temporada de Angel.

Retomamos la historia en la batalla con los Lords de Los Ángeles, que es el vehículo ideal para que nuestros héroes dejen a un lado sus diferencias y vuelvan a unir fuerzas.  Tras una ingeniosa victoria nos conmovemos un poco al verlos retornar a su antigua base de operaciones, el Hotel Hyperion.  Los problemas de Illyria con la realidad aumentan al reunirse con tantos personajes con los cuales Fred estuvo emocionalmente conectada, especialmente el fantasma de Wesley.  Angel y Connor—trabajando como un equipo saludable por primera vez—la llevan con ellos a realizar una serie de investigaciones que apuntan hacia un grupo de vampiros que ha estado acumulando poder.

“He wants me dead.  But he also wants me to pat him on the back for a job well done.” Angel




Gunn se posiciona ahora como el Big Bad de la historia.  En el tercer volumen su plan lo enfrenta a Angel y sus antiguos aliados.  Charles se ha convencido a sí mismo de que a pesar de ser un vampiro sigue siendo un héroe como en sus buenos tiempos, y hasta cree estar recibiendo visiones de los Powers That Be que le permitirán salvar a Los Angeles.  Su tragedia es impactante para cualquier seguidor del personaje, pero no es la única.  Desde Wesley hasta Gwen, todas las nuevas desgracias que padecen se sienten como una progresión lógica de los personajes que conocimos en TV.

Una de las muchas sorpresas que presenta la serie es que la Profecía Shanshu sigue vigente, y a través de Wesley los Senior Partners finalmente revelan de qué lado Angel está destinado a luchar para recobrar permanentemente su humanidad—y es un futuro tan atroz que nuestro héroe escoge morir antes de arriesgarse a que se haga realidad.  Le corresponde a Connor—quien irónicamente le devuelve a Angel las palabras de aliento que le dijo a Kate en la segunda temporada—quien lo convence de perseverar y luchar por sus ideales.  Con este detalle Lynch no sólo demuestra un dominio impecable del programa televisivo sino que cierra el ciclo con el slogan que encapsuló la serie: Si nada de lo que hacemos importa, entonces lo único que importa es lo que hacemos.


Pero las probabilidades están en contra de nuestros campeones.  Illyria es la clave para la destrucción de la realidad, activada a través de las conexiones emocionales que el residuo de Fred dentro de ella tenía con Gunn, y la única forma de triunfar es motivando a Angel para que haga el mayor sacrifico en una batalla que no puede ganar.



After the Fall concluye con Los Angeles restaurado al mundo natural, pero todos sus residentes recuerdan los horrores vividos y, sobre todo, al hombre que los defendió incansablemente—Angel ahora es un héroe público, y la sede de Wolfram & Hart ha sido borrada como si nunca hubiera existido.

After the Fall sufre de un gran defecto producto de una injusticia editorial.  Después del impecable trabajo que Franco Urru hizo ilustrando el primer tomo, otros dibujantes fueron insertados en el tercer volumen y parte del cuarto, y lamentablemente el arte de Nick Runge, David Messina y Stephen Mooney no estaba a la altura.  La reaparición de la auténtica Cordelia, por ejemplo, es sumamente conmovedora pero se merecía un mejor artista para dar vida a los excelentes diálogos de Lynch.  Urru retorna para el desenlace, pero ya el daño estaba hecho.

After the Fall es un excelente capítulo final para la serie de TV, algo que jamás pensé que diría pues siempre he considerado el último episodio de la quinta temporada como absolutamente brillante e intocable.  Brian Lynch pareciera ser un guionista de la serie—no sólo conoce a los personajes a la perfección sino que sus diálogos son acertados y los escuchas con las voces de los actores.  Sé que IDW publicó más historias luego de éstas y que están coleccionadas en trades, pero he decidido no leerlas.  En parte porque los críticos no han sido benévolos con ellas, pero sobre todo porque el retorno de Angel a Dark Horse y a un rol más activo dentro de la historia de Buffy las hace un tanto irrelevantes.

La conclusión de After the Fall pone un punto final apropiado a las aventuras de Angel en Los Angeles y le imprime un destino ominoso con lo que ahora sabemos sobre Shanshu, que incluso encaja con los eventos que se han suscitado en Twilight.  Cuando Angel le ofrece su sincera compasión a una última víctima—Charles Gunn, nuevamente humano—y se va caminando por la noche como tantas veces lo vimos partir en la TV, puedo creer que en su futuro están los terribles acontecimientos de Twilight, y además comprendo que Angel Investigations como la conocimos ya no existe.  Una vez más nuestro héroe ha perdido a todos su seres queridos—Doyle, Cordelia, Fred, Wesley y, en cierta forma, incluso a Lorne y a Spike.  Y esto me entusiasma a la progresión lógica que nos llevará a la nueva serie de Dark Horse Angel & Faith.

Brian Lynch dio la talla magníficamente, ahora la presión está de vuelta en los hombros de Joss Whedon.  Aún no he leído Last Gleaming, pero el penúltimo tomo de Buffy Season 8 me dejó un poco insatisfecho.  Espero que le haga justicia al vampiro con alma que a estas alturas es tan valioso como la cazadora.  Mientras tanto, Lynch se despide de nosotros con un nuevo slogan tan poderoso como el que Angel le enseñó a Kate:

“All this time, I did what I did because of the Shanshu Prophecy.  Well.  Time to start doing what I do despite it.” Angel


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