sábado, 5 de febrero de 2011

El Reverendo de la Noche

 Adquirí la novela gráfica BATMAN: HOLY TERROR únicamente por mi fascinación con el arte de Norm Breyfogle. Quizás influya el hecho de que trabajaba en el título principal del personaje cuando empecé a leer comics, pero Breyfogle siempre me ha parecido uno de los ilustradores definitivos del personaje, y no entiendo por qué ha quedado en el olvido cuando su trabajo está al menos a la par con Tony Daniel o Andy Kubert.

Este relato escrito por Alan Brennert pertenece al sello Elseworlds de DC Comics, que durante los noventa publicaba versiones alternativas de personajes establecidos. HOLY TERROR es básicamente una nueva interpretación del origen del Dark Knight, pero con una importante diferencia: Oliver Cromwell vivió diez años más que en el mundo real, y como consecuencia Estados Unidos continuó siendo una colonia de Inglaterra, que se transformó en un estricto régimen religioso.

La historia inicia en Gotham Towne, en donde el Inquisidor Jim Gordon investiga el asesinato de Thomas y Martha Wayne frente a su hijo, pero es desalentado por su superior de indagar las inconsistencias del crimen. Bruce crece como todo un beato en una sociedad en la cual Oliver Queen, Alan Scott, Rex Tyler, Carter y Shiera Hall han sido ejecutados por sediciosos. Pero justo antes de ser ordenado como ministro de la iglesia recibe una visita de Gordon, quien le revela que la muerte de sus padres fue una ejecución del Estado en represalia por la atención médica que clandestinamente les brindaban a las víctimas de las torturas del gobierno. Al comprender las mentiras que cimientan sus creencias, Bruce adopta un disfraz de demonio y surca las noches en busca de venganza.

Me encontré disfrutando esta oscura aventura más de lo que imaginé. El potencial de ver a mi héroe favorito enfrentándose a un sistema corrompido por el fanatismo religioso es inagotable. Las páginas de HOLY TERROR son pocas para explorarlo, y aunque es una tangente interesante, sentí que se desperdiciaron varias de ellas cuando, durante su invasión a la catedral desde la cual rige el gobierno, Batman descubre un laboratorio en el que tienen prisionero a Barry Allen para experimentar con su super-velocidad, a Arthur para estudiar sus habilidades anfibias, y a otros metahumanos que han sucumbido al Estado. El laboratorio es dirigido por el Dr. Erdel, que en la continuidad regular trajo al Martian Manhunter a la Tierra, y a su servicio tiene a la bruja Zatanna. Pero el más triste descubrimiento que hace Batman es la tragedia detrás de la leyenda del Hombre Verde.

Aunque limitada HOLY TERROR no deja de ser intrigante, y tras concluir su lectura podemos imaginar las aventuras que continuará viviendo el Reverendo Wayne, quien al caer la noche se enmascara y emprende su jihad, protegiendo a los débiles de la más terrible organización criminal de la Historia: una iglesia embriagada con el poder.

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