sábado, 5 de febrero de 2011

Superman: El Emo de Acero

 OK, no es exactamente emo, pero siento que es la mejor aproximación que puedo hacer al intento de J. Michael Straczynski de traducir los mitos de Superman para lograr la identificación de una nueva generación con el clásico personaje en la novela gráfica SUPERMAN: EARTH ONE.

Quizás lo más prometedor de este experimento es el formato: Si DC le da a sus creativos la oportunidad de desarrollar una historia libre de continuidad, con abundancia de páginas y sin las presiones editoriales de producir una entrega mensualmente, el resultado puede ser una serie de libros de alta calidad que se sienten casi como un film al compararlos con los títulos regulares como series de TV. Posiblemente haga al material más accesible a lectores casuales sin comprometerlos a compras mensuales para obtener la historia completa.

A Straczynski definitivamente le importa el personaje, y se nota que le dio mucha consideración a la forma en que reconstruiría la leyenda. En estas páginas nos presenta a un joven Clark Kent recién llegado a Metropolis en busca de su destino. Sus padres le han inculcado los valores necesarios para que utilice sus habilidades para el beneficio de la sociedad, pero en esta etapa Clark sufre de una triste confusión. Toda su vida ha intentado encajar socialmente a pesar del aislamiento que sus orígenes y poderes le imponen, y sus habilidades extraordinarias le abren las puertas a incontables oportunidades para una vida exitosa y satisfactoria: Destacarse en los deportes, en el arte, en las ciencias… Pero Clark parece estar esperando el catalizador para decidirse por el sacrificio que subconscientemente ya ha reconocido como su auténtica vocación.


Ese catalizador se manifiesta en una invasión extraterrestre dirigida por una criatura llamada Tyrell, quien ha venido a devastar la Tierra a menos que el último kryptoniano se entregue. En este antagonista el libro da su paso más valiente: No sólo descarta a enemigos clásicos como Luthor o Brainiac a favor de un nuevo personaje, sino que revela la destrucción de Krypton como la obra de otra raza alienígena hostil. Hay otros cambios interesantes en la dinámica, como la caracterización de Jimmy—perdón, Jim Olsen como un fotógrafo temerario que hasta opaca la participación de Lois Lane.

El más grande éxito de SUPERMAN: EARTH ONE, sin embargo, es el arte de Shane Davis, quien también hace evidente el enorme empeño que puso en hacer de esta novela inolvidable. Sus páginas son hermosas, como se aprecia en los detalles de la arquitectura de Metropolis, en las expresiones faciales de Martha Kent, en el diseño de la tecnología de las naves de Dheron, o en la ambientación de la visita a la tumba de Jonathan Kent. Su Lois Lane es preciosa y parece inspirada en la actriz Jennifer Carpenter, Jim luce moderno y audaz, el mayor atractivo de Tyrell es su interesante diseño, y sobre todo Clark logra tocarnos el corazón no por las palabras de JMS sino por las imágenes de Davis, quien lo viste como alguien desesperado por pasar inadvertido, y plasma en sus expresiones la melancolía de su soledad.

SUPERMAN: EARTH ONE no logró infiltrarse en mi lista de las mejores historias del Hombre de Acero. Quizás su impacto se atenúa porque le anteceden una multitud de reinvenciones del origen del personaje en las últimas décadas, desde THE MAN OF STEEL, BIRTHRIGHT y SECRET ORIGIN, hasta los orígenes de Richard Donner, Paul Dini y Deborah Joy Levine en la pantalla. Esto diluye su atractivo, pero comprendo que si EARTH ONE se convertirá en el equivalente de DC del universo Ultimate de Marvel, el punto de inicio tenía que ser el nacimiento de su principal héroe.

Quizás por ese motivo también tengo interés en leer la siguiente entrega de Straczynski y Davis. Tengo curiosidad por ver cómo Shane interpretará visualmente a la identidad de Clark como reportero del Daily Planet, y quiero ver florecer las semillas de secuela que JMS sembró en su desenlace: Descubrir quién le proporcionó a Dheron los medios para destruir Krypton, averiguar los últimas palabras de Tyrell antes de su aparente muerte, y presenciar los efectos de la instrucción que Kal-El recibe de sus padres biológicos: “Your task is to survive. To use your powers well and wisely. And to avenge the murder of your homeworld.”

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