Uno supondría que en DC Comics ya no quedan escritores dispuestos a contar su versión del origen de Superman, que no hay lector que lo desconozca, y que los prospectos de ventas son mínimos. Pero como muchos otros fans yo sucumbí a la tentación de adquirir SUPERMAN: SECRET ORIGIN, motivado por la participación de Gary Frank como artista, y por la admisión de que han pasado casi veinticinco años desde el clásico MAN OF STEEL de John Byrne y, al releerlo recientemente, descubrí que no supera del todo el paso del tiempo.
Justificado por los efectos de Infinite Crisis, SECRET ORIGINS se enfoca en la experiencia de Clark Kent, ahorrándonos revivir la destrucción de Krypton para trasladarnos directamente a la vida de un chico cuyo cuerpo empieza a cambiar en formas que lo convierten en un peligro para sus compañeros. Lana es su única confidente en esta tormentosa etapa de su crecimiento, pero aún su apoyo se vuelve una vicisitud más para Clark: Cada vez que sus labios entran en contacto su visión de calor se manifiesta.